miércoles, 5 de febrero de 2014

LA HISTORIA DEL LIBRO




Escribir una historia del libro es, de alguna manera, recorrer  la historia de la escritura y también, claro está, la historia del hombre. Entonces, en esa rica conjugación de caminos,  entre otras cosas podemos encontrar, por ejemplo, los vínculos entre los cuerpos tatuados de los antiguos indígenas, las fórmulas para preparar una buena tinta y la invención de la imprenta.
En “La historia del Libro”, escrito por M. Ilin y publicado por Leviatán hace ya varios años, además de estos entrecruzamientos, nos vamos a encontrar con un recorrido simple, ameno y plagado de detalles que nos acercan a cómo la escritura, a lo largo de los siglos, fue sirviéndose de diversos soportes que fueron cambiando según los avances científicos, culturales y tecnológicos.
En estas páginas el autor nos ofrece lindos ejemplos de esa rica historia: escribir sobre la piedra, por ejemplo, daba más tiempo de supervivencia a lo escrito y hacía que las letras fueran rígidas y derechas; el uso del papiro, en cambio, permitía que las letras fueran más redondeadas y que se pudiera escribir con tinta –que se hacía con una mezcla de hollín y agua- utilizando una especie de pluma hecha de juncos.
Pero uno de los modos más notables, por las resonancias que tiene en la actualidad, era escribir sobre tabletas. Así es como los libros, entonces, estaban compuestos por un número de pequeñas tabletas y cada una de ellas estaba vaciada en el medio para obtener un espacio rectangular que se llenaba de cera amarilla donde se escribía, y en sus dos esquinas tenían agujeros por los cuales se pasaban cordones que mantenían las tabletas formando un solo ejemplar. Por supuesto que en ellas no se escribía con tinta, sino que se usaban puntas de acero llamadas estiletes, que tenían un extremo puntiagudo con el que se escribía y el otro redondo, con el que se borraba. La frase “escribir con estilo” o hablar del “estilo de un autor” deriva del uso de este instrumento.
Historia del Libro” es un libro pequeño, muy entretenido, recomendable para cualquier amante de estos objetos que fueron y seguirán cambiando a lo largo de la historia y que nos hace pensar bastante sobre estas frecuentes disputas sobre si los libros -como objeto- sobrevivirán a las nuevas tecnologías.


                                                           Lionel F. Klimkiewicz