viernes, 4 de septiembre de 2015

NUEVA TRADUCCIÓN: "MÁS ALLÁ DEL PRINCIPIO DE PLACER"


La editorial Mármol Izquierdo nos presenta el tercer libro de la serie Territorios referidos al trabajo de traducción de los manuscritos de Freud. Luego de “El Yo y el Ello” y “Das Unheimliche”, es el turno ahora de “Màs allà del principio de placer”, tal vez el texto más importante dentro de la historia del psicoanálisis. El trabajo de revisión, presentación, articulación, comparación de textos y comentarios de Juan Carlos Cosentino nos brinda una edición de casi 900 páginas en donde nos encontramos en forma directa con la letra de Freud, su modo de trabajo, la construcción de su teoría, pero también sus vacilaciones, sus especulaciones y fundamentalmente su estilo. El mismo Cosentino nos cuenta en la presentación: “Abordamos nuevamente la construcción que realiza Freud de Jenseists des Lustprinzips. En esta oportunidad partimos de los manuscritos conservados, es decir, de las dos versiones alternativas y los comparamos con los textos finalmente publicados.
La difícil travesía por el texto manuscrito consistió, primero, en examinar el texto en alemán de la segunda versión escrita a máquina cotejándolo con el escrito publicado y, posteriormente, en establecer el texto en alemán de la versión manuscrita con tipografía “gótica” comparándolo con la versión a máquina.
Acto seguido, siguiendo la nueva traducción que habíamos realizado en 2003 del texto publicado de Jenseits, Susana Goldmann preparó la traducción al castellano de ambas manuscritos. Por mi parte, intervine en su revisión, articulaciones, comentarios, en la comparación entre las tres versiones con sus reediciones y en las notas introductorias.
Al recorrer sus múltiples versiones -los dos documentos del manuscrito, un texto publicado y tres reeditados- se descubren las dificultades que enfrenta para sostener un punto de inflexión en su teoría que suele situarse en torno a un texto y a una fecha: “Más allá del principio de placer, el giro de 1920”. Lo que me permitió revisar los ejes de cada capítulo en el Anexo de esta publicación.
La primera versión escrita a mano consta de 34 páginas y sólo tiene seis capítulos señalados con números romanos. Aún no existe el nuevo capítulo VI de la versión impresa que añadirá con el documento mecanografiado. Razón por la cual, sin el eje del ensayo, el manuscrito escrito a mano no puede considerarse un “borrador”. Es, más bien, una versión alternativa que luego le resultó insuficiente.
La segunda está encuadernada en rústica, tiene tapas duras y lleva el apellido del autor y el título inscripto en el lomo en letras doradas. Se trata del manuscrito que le regalara a Max Eitingon quien lo había hecho encuadernar. Se compone, en su mayor parte, de hojas escritas a máquina que presentan múltiples correcciones. La principal diferencia consiste en la composición de un nuevo capítulo de 27 páginas escritas a mano (el capítulo VI de la versión impresa) que es constitutivo para la estructura del ensayo y acarrea importantes modificaciones en el antiguo capítulo VI, transformado en VII.
De la primera versión el último dato que se tiene es de fines de septiembre de 1919. Luego, durante un tiempo, no se habla más de la suerte del manuscrito. Recién el 25 de mayo de 1920 -a principios de ese año habían fallecido su hija Sophie inesperadamente y su amigo Anton von Freund- Freud mencionó que estaba trabajando de nuevo en la obra. Parece tratarse de la segunda versión. Y el 18 de julio anunció que el Más allá estaba terminado.
Las dos versiones preparatorias deben ser leídas como documentación de un proceso de reflexión en curso cuyas modificaciones prosiguen durante la corrección de las pruebas de galera y no se detienen, ni siquiera, con la primera publicación en 1920: continúan en las reediciones de 1921, 1923 y 1925.”

Una edición fundamental e insoslayable para quien pretenda estudiar con seriedad la obra de Freud y sus formulaciones en estado naciente, en donde nos encontramos con la marca de pensamientos urgidos por lo real del psicoanálisis. La edición crítica bilingüe que nos presenta Juan Carlos Cosentino es una joya que nos transmite que la  obra de Freud está más viva que nunca.


                                                                                                                   Lionel F. Klimkiewicz

viernes, 27 de febrero de 2015

BAJEZAS CON ALTURA


(Quevedo Vs. Góngora)

Para confrontar, desvalorizar, ridiculizar o ganar un minuto de fama, tanto políticos, como actores, y mediáticos en general, pueblan los medios de comunicación brindándonos uno de los espectáculos más lamentables que la condición humana nos pueda ofrecer. Si por lo menos lo hicieran con gracia, o con altura, podríamos divertirnos o entretenernos, pero lamentablemente eligen un estilo burdo, grosero y desmedidamente agresivo que nos transmite la idea de que todo vale si el fin es permanecer en boca de la gente, casi con afán de ser deglutidos por la morbosidad latente en el televidente medio.
Por suerte, la historia de la literatura nos otorga momento ejemplares en donde estos menesteres de burlarse del otro eran abordados con altura y exquisitez.
En este diálogo poético entre Quevedo y Góngora, el lector atento encontrará, no sin esfuerzo, las burlas más  infames: Quevedo diciendo de Góngora que es un judío renegado, bufarrón, amante del culo y Góngora tratando a Quevedo de rengo, ciego y bruto. Derroche de estilo y juego de palabras que nos muestran que entre la bajeza y la altura existe una distancia muy difícil de medir…

Quevedo:
“Quevedo contra Góngora”
Yo te untaré mis obra con tocino,
Porque no me las muerdas Gongorilla,
Perro de los ingenios de Castilla,
Docto en pullas, cual mozo de camino

Apenas hombre, sacerdote indino,
Que aprendiste sin christus la cartilla
Chocarrero de Córdoba y Sevilla
Y en la corte, bufón a lo divino.

¿Por qué censuras tú la lengua griega
Siendo sólo rabí de la judía,
Cosa que tu naríz aún no lo niega?

No escribas versos más, por visa mía;
Aunque aquesto de escribas se te pega,
Por tener de sayón la rebeldía.



Góngora:

“A don francisco de Quevedo”
Anacreonte español, no hay quien os tope
Que no diga con mucha cortesía,
Que ya que vuestros pies son de elegía,
Que vuestras suavidades son de arrope.

¿No imitaréis al terenciano Lope,
Que al de Belerofonte cada d+ia
Sobre suecos de cómica poesía
Se calza espuelas, y le da un galope?

Con cuidado especial vuestros antojos
Dicen que quieren traducir al griego,
No habiéndolo mirado vuestros ojos.

Prestádselos un rato a mi ojo ciego,
Porque a luz saque ciertos versos flojos,
Y entenderéis cualquier greguesco luego.



Quevedo:

“Contra Luis de Góngora y su poesía”
Este cíclope, no siciliano,
del microcosmo sí, orbe postrero;
esta antípoda faz, cuyo hemisfero
zona divide en término italiano;

este círculo vivo en todo plano;
este que, siendo solamente cero,
le multiplica y parte por entero
todo buen abaquista veneciano;

el minóculo sí, más ciego vulto;
el resquicio barbado de melenas;
esta cima del vicio y del insulto;

este, en quien hoy los pedos son sirenas,
éste es el culo, en Góngora y en culto,
que un bujarrón le conociera apenas.



Lionel Klimkiewicz