Escribir una historia del libro es, de alguna manera,
recorrer la historia de la escritura y
también, claro está, la historia del hombre. Entonces, en esa rica conjugación
de caminos, entre otras cosas podemos
encontrar, por ejemplo, los vínculos entre los cuerpos tatuados de los antiguos
indígenas, las fórmulas para preparar una buena tinta y la invención de la
imprenta.
En “La historia del Libro”, escrito por
M. Ilin y publicado por Leviatán hace ya varios años, además de estos
entrecruzamientos, nos vamos a encontrar con un recorrido simple, ameno y plagado
de detalles que nos acercan a cómo la escritura, a lo largo de los siglos, fue
sirviéndose de diversos soportes que fueron cambiando según los avances
científicos, culturales y tecnológicos.
En estas páginas el autor nos ofrece lindos ejemplos de esa
rica historia: escribir sobre la piedra, por ejemplo, daba más tiempo de
supervivencia a lo escrito y hacía que las letras fueran rígidas y derechas; el
uso del papiro, en cambio, permitía que las letras fueran más redondeadas y que
se pudiera escribir con tinta –que se hacía con una mezcla de hollín y agua-
utilizando una especie de pluma hecha de juncos.
Pero uno de los modos más notables, por las resonancias que
tiene en la actualidad, era escribir sobre tabletas. Así es como los libros,
entonces, estaban compuestos por un número de pequeñas tabletas y cada una de
ellas estaba vaciada en el medio para obtener un espacio rectangular que se
llenaba de cera amarilla donde se escribía, y en sus dos esquinas tenían
agujeros por los cuales se pasaban cordones que mantenían las tabletas formando
un solo ejemplar. Por supuesto que en ellas no se escribía con tinta, sino que
se usaban puntas de acero llamadas estiletes,
que tenían un extremo puntiagudo con el que se escribía y el otro redondo, con
el que se borraba. La frase “escribir con estilo” o hablar del “estilo de un
autor” deriva del uso de este instrumento.
“Historia del Libro” es un libro pequeño, muy entretenido,
recomendable para cualquier amante de estos objetos que fueron y seguirán cambiando
a lo largo de la historia y que nos hace pensar bastante sobre estas frecuentes
disputas sobre si los libros -como objeto- sobrevivirán a las nuevas
tecnologías.
Lionel
F. Klimkiewicz