jueves, 21 de noviembre de 2013

ROMANTICISMO, de R. Safranski


            El Romanticismo alemán, que había comenzado con el lema “Sturm und Drang” (tormenta y empuje) estaba bañado del impulso y el temple que lleva la revolución al mundo del espíritu y la poesía, y estaba comandado en un principio por los hermanos Schlegel (uno de los cuales había traducido las obras de Shakespeare que Freud gustaba leer), Tieck, Fitche, Schelling, Jean Paul y Novalis, que, siguiendo los pasos del mítico viaje de Herder, se embarcaron en un mar de sueños, ideas y fantasías.
            El movimiento también abrazó, entre muchos otros, a Heine, Schleiermacher, Schiller, Wagner, Nietzsche, y tiene a uno de sus últimos referentes en E.T.A. Hoffmann. Como afirma R. Safranski en su libro ”Romanticismo: una odisea del espíritu alemán” el espíritu romántico es multiforme, musical, rico en prospecciones y tentaciones, ama la lejanía del futuro y la del pasado, las sorpresas de lo cotidiano, los extremos, lo inconsciente, el sueño, la locura, los laberintos de la reflexión. El espíritu romántico no se mantiene idéntico, más bien se transforma y es contradictorio, es añorante y cínico, alocado hasta lo incomprensible y popular, irónico y exaltado, enamorado de sí mismo y sociable.
            En este libro, Safranski nos introduce en este movimiento cultural de manera muy clara y comprensible, abordándolo desde múltiples aspectos: lo literario, lo religioso, lo político, la pintura y la música, siempre en torno al nacimiento de una nueva estética, que exaltaba las pasiones y proponía a “lo romántico” como una actitud del espíritu, actitud que, según el autor, perdura hasta nuestros días.
            El libro, además, nos sitúa en la subjetividad de una época, la que va del siglo XVIII al XIX, en donde los libros comienzan a tener un protagonismo enorme, y un nuevo Yo plagado de sentimientos, misterios, genio, mitología y filosofía, comienza a nacer. Un Yo romántico que, como decía Novalis, da alto sentido a lo ordinario, dignidad de desconocido a lo conocido y apariencia infinita a lo finito.
Por último, no falta en este recorrido las aristas de este movimiento que llegaron hasta nosotros, pasando por el nazismo y el Mayo del ´68, y que tienden a manifestarse cada vez que el mundo se presenta como extraño o nos encontramos ante lo diferente.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             Lionel F. Klimkiewicz