En el mes de junio de
1986, se producían dos acontecimientos de gran importancia que fueron noticia
en todo el planeta. Fallecía en Ginebra Jorge Luis Borges, y Diego Maradona
convertía un gol inolvidable en el mundial de fútbol disputado en México.
Pareciera que solo la simple casualidad de compartir fechas en el almanaque, la
repercusión pública y una nacionalidad podrían ser la única excusa para vincular dos
acontecimientos tan disímiles a simple vista. Pero acaso no podría haber entre
ellos otro punto en común?
Nadie a esta altura duda del genio
creativo de Borges. Sus cuentos y poemas están junto a los más grandes de la
historia de la literatura universal y es tal vez el mejor escritor del siglo XX.
Como pocos pudo entender esa unión estrecha entre el lenguaje y la poesía, tal
como lo dice en el prólogo de “El otro,
el mismo”:
“La raíz del lenguaje
es irracional y de carácter mágico (…) La poesía quiere volver a esa antigua magia.
Sin prefijadas leyes, obra de un modo vacilante y osado, como si caminara en la
oscuridad. Ajedrez misterioso la poesía, cuyo tablero y cuyas piezas cambian
como en un sueño y sobre el cual me inclinaré después de haber muerto”
Ahora bien…un gol… ¿Puede ser una
obra de arte?¿Puede acaso ser un hecho estético? La respuesta es difícil. En un
texto anterior cité las palabras del propio Borges cuando decía que las cosas
no son intrínsecamente poéticas y que para ascenderlas a poesía no se requiere
privativamente hablar en metáforas, sino que a esas cosas hay que vincularlas
con nuestro vivir, y que nos acostumbremos a pensarlas con devoción.
Buscando respuestas, podemos pensar
también en la definición del esteta polaco Wladyslaw Tatarkiewicz cuando dice:
“Una obra de arte es la reproducción de
cosas, la construcción de formas, o la expresión de un tipo de experiencias que
deleiten, emocionen o produzcan un choque” y que además proporciona un
“alimento espiritual”.
O si no podemos formular el problema
de otra manera: ¿Acaso la belleza, el estilo, la creatividad, el talento, la
imaginación, la intuición, lo imprevisible e incalculable que se expresa en ese
gol de Maradona, y el impacto emocional que produjo, no alcanzan para
establecer que sea una gran obra de “arte moderno”?
Lionel Klimkiewicz
Tu propuesta es demasiado atractiva para dejarla pasar, así que aunque no lo parezca, intentaré una participación breve.
ResponderEliminarJ. L. Borges definió a "los clásicos", de la literatura, como "aquellos que se leen con previo fervor y misteriosa lealtad".(la referencia seguramente no es exacta, dado que recurro a la deshonestidad propia de la memoria, cualidad que aún no sé a título de qué se la toleramos)
La respuesta a tu pregunta -retórica, creo- queda entonces contenida por aquella definición del autor de "El Aleph", y así, el gol de Maradona ya no sólo termina siendo una gran obra de arte moderno; sino además y según la definición del Gran Maestro, un verdadero Clásico. ¿O acaso existe alguien que no vea -o re-vea- ese gol estando ya impregnado por el fervor que precede al mismísimo inicio de la jugada, y por una lealtad tan misteriosa que hasta inquieta?. Buenas tardes.
De acuerdo!
EliminarEl gol de Maradona es quizá, la maravilla humana más conocida y con más concenso de ser tal cosa en la historia reciente. Pero creo que no es un "hecho artístico". Más bien es una serie inexplicable de decisiones automáticas y perfectamente encadenadas sin mediación alguna de la corteza cerebral prefrontal, elementos éstos que sospecho no sean los mismos a los que acudieran J.L.Borges, F. Dostoievski, W. Mozart, R. Waters, F.F.Coppola o E. Hooper para dar forma a sus creaciones. Quizá aquel gol se trate más una destreza inigualable que del producto de los contenidos más recónditos que expresa el Artista... Pero no estoy tan seguro de lo que acabo de decir.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras!
ResponderEliminar