domingo, 7 de diciembre de 2014

UN PÉSIMO LIBRO

SOBRE “TODO LO QUE NECESITAS SABER SOBRE PSICOANÁLISIS”

A esta altura del nuevo siglo, ya podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que Buenos Aires es la capital mundial del psicoanálisis. Su cantidad de practicantes, instituciones, congresos y publicaciones a lo largo de los años dan cuenta de ello. No extraña entonces que en nuestro país continúen apareciendo libros de divulgación de esta praxis que ya tiene más de cien años y que Freud ha introducido de lleno en la cultura occidental. Sin embargo, la divulgación del psicoanálisis, ha sido y sigue siendo un tema controversial. Basta recordar la anécdota que motiva el escrito “Psicoanálisis silvestre” que Freud publicara en 1910: una paciente llega a la consulta derivada por un médico que luego de diagnosticar sus ataques de angustia --que habían comenzado tras la separación con su marido- le dijo que la causa era de origen sexual, y que le recomendaba, basándose en el psicoanálisis, que se buscara un amante, se masturbara o se reconciliara con su esposo. No está de más recordar también, para tomar al otro gran referente de esta práctica, que Lacan no se cansaba de repetir durante sus seminarios que sus discípulos no se apresuraran en “comprender demasiado rápido” todo lo que él les transmitía. Es que entender algo de la práctica psicoanalítica no depende ni de la inteligencia ni de la erudición, sino de dedicar tiempo, mucho tiempo, al estudio y al análisis personal fundamentalmente.
Qué hacer con la divulgación del psicoanálisis  entonces? Esa divulgación que por obvios motivos fue tan estratégicamente necesaria para Freud en las primeras décadas del siglo XX, pero que siempre está al borde del reduccionismo sin sentido y también de la vulgaridad.
Hace pocos meses, sin ir más lejos, ha salido publicado por Paidós en la colección “Todo saber” un nuevo libro titulado “Todo lo que necesitás saber sobre psicoanálisis”, -título temerario si los hay- que nos devuelve al controversial tema. Y la primera controversia surge con su nombre. Cualquier analista de marketing puede alegar que para el lector no iniciado en el psicoanálisis este suena muy tentador, a pesar de que con sólo mirar el ejemplar de reojo, cualquier psicoanalista, fundamentalmente el seguidor de Lacan, no podría dejar de sentir un escalofrío en su espalda, al leer ese “Todo”, que Lacan siempre nombro como imposible (algunos afirman que la metonimia “todo-necesitás-saber-psicoanálisis” causó incluso algunas exageradas risas socarronas que fueron difíciles de disimular, cuando no indignación o incluso asombro). Como para confirmar lo por lo menos polémico del título, apenas iniciado el libro, en el prólogo, la autora se apresura en avisar casi como pidiendo disculpas o anticipándose a lógicos cuestionamientos, que en psicoanálisis no podemos hablar de un Todo. El arranque se torna entonces un tanto  resbaladizo, pero se hace pantanoso cuando renglón siguiente afirma, casi desafiante, que la divulgación del psicoanálisis siempre quedó en manos de quienes simplifican los conceptos y que su empeño (el de escribir el libro, se entiende) entonces obedece al estado actual de divulgación de la teoría. Para agregar más confusión al asunto, el prólogo (y en las tierras de Borges..!) finaliza con la aclaración de que los únicos nombrados serán Freud, Lacan, Miller y Laurent, y que su anhelo es trascender la “capilla analítica”. Llenas de seculares anhelos y sin monaguillos argentinos citados, las únicas referencias en las terrenales páginas serán, entonces, los cuatro europeos del apocalipsis.
Adentrándonos ya en el libro, la sorpresa es mayor. Con una diagramación que intenta ser moderna e imitar tal vez un modo “actual” de leer en dispositivos electrónicos, cada capítulo comienza con una especie de copete de presentación que recuerda más a los manuales escolares de los años ´90 (aquellos que con pretensiones de modernidad querían imitar el formato digital que recién comenzaba a popularizarse en aquella época), con recuadros con información sobre el tema a tratar y con pequeños apartados que comienzan siempre con un “Sabías qué…?” que nos trae a la memoria aquellas inolvidables páginas de la revista Billiken o Anteojito en donde al lado de la nota de los dinosaurios nos iluminaban con frases como “¿Sabías que… los dinosaurios tenían cuatro patas y se extinguieron hace millones de años?”. Luego nos ocuparemos del problema de a quién está dirigido el libro, cuestión que suele justificar las cosas más absurdas. El punto es que si el tema era no simplificar los conceptos, el modo de presentar los temas es el menos conveniente, sin dudas. La prueba está en que cada capítulo termina con un recuadro titulado “En pocas palabras” que intenta resumir lo dicho. Y entonces nos encontramos con frases dignas de revistas domingueras: “Las pulsiones son aquello que experimentamos como impulsos que no siempre buscan el bien” o aquella otra, propia de un aforismo de Narosky, que dice “La felicidad es episódica, parcial y transitoria… como la vida misma”. En el otro extremo encontramos aquella que cierra el capítulo “No hay relación sexual”, que concluye con “En pocas palabras: el amor recubre la ausencia de relación sexual y los síntomas están en el lugar en que esta no se inscribe”. Podemos imaginar la confusión del lector lego ante semejantes palabras… y es que este es unos de los defectos mayores del libro: un estilo irregular en donde se pasa de lo burdo a la frase enigmática sin miramientos. Y esto nos mete de lleno en la cuestión antes anunciada. Porque si nos preguntamos a quién está dirigido el libro, se nos presenta la duda sobre si busca un lector adolescente, o un ya iniciado en lecturas del ámbito psi o algún filósofo de café de esos que abundan en nuestra ciudad. Pero creo que la pregunta más interesante sería la del “para qué?”, para qué escribir un libro así? Tal vez el propio libro tenga la respuesta, cuando ya terminando, en el capítulo 48 titulado “La violencia en el siglo” nos dice: “la tiranía del mercado introduce la siguiente disyunción: estar allí o no existir”. Disyunción falsa, claro está, pero que el libro lleva adelante al intentar una divulgación -que termina siendo muy vulgar- con el solo fin de estar, existir, y aparecer en las primeras planas de las estanterías de las librerías junto a libros de cocina, novelas rosa y libros de autoayuda. Está claro que el psicoanálisis no necesita adentrarse en esa lógica capitalista para existir -aunque hay que reconocer que un minuto de fama puede hacer multiplicar los llamados en cualquier consultorio.
Una oportunidad desperdiciada, un intento más que fallido de hacer algo serio, cuyo resultado final nos hace imaginar algún capítulo de Los Simpson en donde aparezca aquel famoso personaje diciendo “Hola! Soy Troy McClure, tal vez me recuerden por mis documentales educativos como Pájaros, nuestros colegas con plumas o Paren al mundo que Freud se quiere bajar, hoy vengo a decirles todo lo que usted necesita saber sobre psicoanálisis…”
            Tal vez un día se pueda escribir un libro de divulgación mejor, sin que esté atado a las leyes del mercado. En todo caso, antes de pensar de qué modo simple y atrayente verter conceptos de extrema complejidad haya otras cuestiones que resolver. Se podría pensar y discutir, quizá, los diferentes efectos que tuvieron los estilos de Freud y de Lacan, y por qué no los de Klein y Winnicott, cómo usaron las palabras, cómo construyeron neologismos (tal vez la cuestión más importante), e incluso, que hayan escrito en alemán, francés o inglés, lo que a nosotros nos introduce en la interesante cuestión de cómo fueron traducidos al castellano.  Quién sabe?? (si, nadie tiene todo el saber) tal vez algún día alguna gran institución psicoanalítica organice un congreso para discutir el tema y destine lo recaudado a la publicación de un ejemplar de divulgación digno del psicoanálisis.

                                                                                    Lionel F. Klimkiewicz



sábado, 28 de junio de 2014

ENCUENTRO ÍNTIMO ENTRE LENGUAS


 




A Buenos Aires, que se convierte en la ciudad de la furia cada mañana, todavía le quedan algunos encantos que se pueden disfrutar. Los amantes de los libros por ahora seguimos teniendo a la avenida Corrientes, que nos otorga el pequeño encanto de poder caminarla de vez en cuando y encontrar algún ejemplar de esos difíciles de conseguir en las grandes cadenas o en las -más fashion que interesantes- librerías del barrio de Palermo. En uno de mis últimos paseos por allí, entre Callao y el obelisco, medio ocultos entre viejos ejemplares de saldos y revistas de crucigramas, me encontré con dos joyas a precio de remate que estaban ahí, como esperándome: Dos libros de la editorial Gredos escritos por Valentín García Yebra llamados “Experiencias de un traductor” y “Traducción y enriquecimiento de la lengua del traductor”. Ambos contienen artículos que versan sobre el arte de traducir y el oficio del traductor.
Para Yebra, la traducción como proceso consiste en enunciar en una lengua lo previamente enunciado en otra, conservando lo mejor posible las equivalencias semánticas y estilísticas. Al traductor entonces se le plantean tres problemas principales:¿Es posible la traducción?¿Qué es en un texto lo que debe traducirse?¿Cómo debe traducirse? Es que si la traducción tuviera que reproducir todos los detalles de la estructura formal léxica, morfológica y sintáctica del texto original, sería, en efecto, imposible. La traducción no consiste en eso  sino en reproducir su contenido y su estilo.
Pero para traducir el contenido es preciso distinguir el significado, la designación y el sentido. Por eso, el traductor, según afirma el autor, está obligado a conservar no solo el sentido del texto, sino también sus designaciones, a veces incluso sus significados, mientras la lengua terminal, la lengua hacia la que se traduce, no le imponga equivalentes que prescindan de los significados y hasta de las designaciones. Es así entonces como propone la regla de oro para toda traducción: “decir todo lo que dice el original, no decir nada que el original no diga, y decirlo todo con la corrección y naturalidad que permita la lengua hacia la que se traduce”.
Uno de los temas más interesantes abordados en estos libros es el de los neologismos., que son los elementos nuevos que dan vigor y pujanza a una lengua. Hay cuatro tipos de neologismos: a) las palabras derivadas (ej: ojera, anteojo, antojo, ojear, ojeada, ojal, etc.), b) las palabras compuestas (combinando sustantivos, adjetivos y verbos, ej: compraventa, medialuna, mediodía, duermevela, cortaplumas, pasamontañas, maldecir, maltratar, etc), c) préstamos (palabra que una lengua toma de otra sin traducirla) y d) cálcos (que es una traducción absoluta, por ej: Kindergarten por jardín de infantes). También es un neologismo la adquisición por una palabra ya existente de un significado que antes no tenía, incluso la revitalización de un arcaísmo para designar algo nuevo. Sin olvidar también que hay dos fases en el proceso de la nueva palabra: en primer lugar, la invención instantánea y en segundo, la aceptación gradual por un número suficiente de usuarios del sistema, que constituye la sanción necesaria para la instalación del neologismo en la lengua.
Son dos libros que aquellos amantes de las palabras sabrán disfrutar, porque en definitiva, contienen el testimonio de un trabajador del lenguaje, de una investigación que habla del contacto más íntimo que se produce en el encuentro   entre lenguas.


                                                                       Lionel F. Klimkiewicz

jueves, 15 de mayo de 2014

PRESENTACIÓN DEL LIBRO "FREUD: DAS UNHEIMLICHE.MANUSCRITO INÉDITO

PRESENTACIÓN DEL LIBRO A CARGO DEL DR. J.C.COSENTINO, DR. A. GOLDCHLUCK, LIC. HUGO PICIANA, EL 14 DE MAYO DE 2014, EN LA ALIANZA FRANCESA, BUENOS AIRES, ARGENTINA.






Presentación de Libro Sigmund Freud Das Unheimliche - Manuscrito inédito. Edición y comentarios de Lionel Klimkiewicz – Ed. Mármol Izquierdo
Miércoles 14 de mayo de 2014, Alianza Francesa,CABA, Argentina.

(La presentación comienza con la proyección del corto de animación “The Sandman”)
Estamos en la presentación del libro Das Unheimliche de Sigmund Freud, manuscrito inédito, que editó y comentó el Lic. Lionel Klimkiewicz. Mi nombre es Diego Luparello, estoy en calidad de amigo y colega y lo único que voy a hacer es presentar a esta gente tan importante, hablar lo menos posible y simplemente coordinar la mesa.
 Quiero señalar dos cositas de mi impresión de la lectura del libro. Por un lado, es que el libro logra mostrar la manera en la que Lionel aborda un texto, creo que eso está logrado. Yo he compartido muchas horas de lectura con él y muchos de los que están acá tal vez han compartido muchas más horas, y saben que este es el estilo, el detalle, la minuciosidad, de la pasión por esa lectura. Creo que el libro logra mostrar esa experiencia. Por otro lado,  con admiración y con un poquito de envidia, veo el resultado de tres años de trabajo, me parece que eso es importante resaltarlo; deseo que sostuvo la apuesta, y gracias Lionel por eso.
Voy a presentar  a los invitados que van a hablar en orden alfabético. En primer lugar al, Dr. Juan Carlos Cosentino, psicoanalista, médico y Doctor en Psicología; Profesor consulto en la UBA; fue profesor titular en Psicoanálisis Freud y Director de la Maestría de Psicoanálisis en la Facultad de psicología en la UBA, hasta 2006 y 2008, respectivamente. Desde el 2013 es Director de la Carrera de especialización en Clínica psicoanalítica en la UAI. Escritor de varios libros, entre ellos en 2011 “El yo y el ello” Manuscritos inéditos y versión publicada y actualmente está trabajando con los manuscritos de  “Mas allá del Principio de placer”.
En segundo lugar, vamos a escuchar al Dr Anibal Goldchluck, médico psiquiatra, Jefe de servicio de Consultorios externos del Hospital Borda, compañero de trabajo de Lionel en el Hospital.
Y por ultimo vamos a escuchar la Lic. Hugo Piciana, psicoanalista, docente de la cátedra Psicoanálisis Escuela Francesa de la UBA y Coordinador General del dispositivo Conversación analítica.
Dr. J.C. Cosentino: Buenas noches. En el verano del año 2004, cuando estábamos traduciendo El yo y el ello, cayó en mis manos Volver a los textos de Freud. Se trata del libro en el que una psicoanalista alemana Ilse Grubrich-Simitis abre por primera vez el camino a la terra incógnita de los manuscritos freudianos, notas de trabajo, borradores, copias en limpio, variantes, primeras versiones, publicaciones póstumas, e inéditos. Por ellas sabemos que Freud no era un autor que escribiera para guardar sus textos en estantes de bibliotecas, Freud escribía para publicar, ponía mucha dedicación en que sus obras estuvieran al alcance del público en las librerías, pero sus estadios previos le atraían poco. Concluido el proceso de corrección, parecía perder el interés por los manuscritos originales, consideraba que tanto las notas como los borradores pertenecían a su esfera privada y apenas tenía la versión impresa, los destruía, ya habían cumplido su función. Recién a partir de 1914 se acostumbró a guardar sus manuscritos solo porque alguien le había advertido que algún día podían representar algún dinero para sus nietos. Entonces, cambió la forma de tratarlos, comenzó a advertir su valor como autógrafos y decidió conservarlos. Pese a todo, no le gustaba ocuparse de ellos y no compartía, contrariamente a sus más cercanos colaboradores -a quienes se los remitía para su observación-, el aprecio por los documentos preparatorios a los que nunca trató con particular respeto. Las notas de trabajo, como señala Ilse Grubrich-Simitis, servían como primera consolidación informal de sus observaciones, de sus impresiones de lectura, de sus ocurrencias y de sus ideas. Durante décadas, éstas fueron compañeras fieles de su trabajo tanto de investigador como de escritor. Se comprende entonces que una parte de ese cuerpo de notas fueron llevados por el propio Freud al exilio londinense cuando tuvo que abandonar Viena.
En cambio los borradores constituyen la segunda etapa de la dinámica que distingue al nacimiento de los textos freudianos. Se trata de manuscritos preparatorios detallados de los cuales resultaba directamente lo que en esa época se llamaba la copia en limpio de sus textos publicados. El mismo Freud para borrador utiliza la palabra que ustedes conocen Entwurf para este tipo de manuscritos. Los borradores entonces son manuscritos preliminares, son pliegos, de los cuales el texto- escritos generalmente con tinta, registrado en forma abreviada o abreviaturas-, muestra tachaduras en diagonal de bloques completos; es decir, Freud cuando transcribía del borrador a la copia en limpio, ponía el borrador de un lado, la copia en el otro lado y lo que iba pasando lo iba tachando con diagonales, que es lo que nosotros logramos observando las fotocopias, se ven estas diagonales de los párrafos que había pasado. Una vez que había terminado de preparar la copia en limpio, la enviaba a la imprenta y finalmente revisaba las pruebas de galera.
A través de Grubrich-Simitis y del Dr. Marvin W. Kranz  -director en esa época de la Biblioteca de Washington, donde están guardados los manuscritos freudianos-, el 8 de noviembre de 2004 recibimos algunos de los manuscritos hasta ese momento inéditos. Sorpresa. Cómo se podía llegar a establecer el texto de los documentos recibidos en fotocopia y conservados en microfilms en la Biblioteca del Congreso de Washington, EEUU, escritos a mano por Freud, en letra alemana gótica. Nosotros veníamos de traducir parte de El yo y el ello y elegimos justamente los manuscritos del texto que recién habíamos estado terminando de traducir. En alemán, Das ich und das Es, se trata-según lo que hemos investigado- de un único caso en el que se consideraba inexplorado el borrador y la copia en limpio de un texto metapsicológico fundamental. El yo y el ello anuncia la inflexión de 1923, la disimetría entre lo reprimido inconsciente y un inconsciente no todo reprimido, y comenzó así para nosotros un largo recorrido para allanar la difícil travesía por el texto manuscrito que consistió en establecer el texto en alemán y compararlo con el publicado y con la copia en limpio.
Freud, como ya les adelantaba, escribía con letra alemana o también llamada kurrent, difundida en los siglos XVIII y XIX en muchos lugares de Europa y usada en Alemania y Austria hasta mediados del S.XX. Si bien se enseñaba después la letra Latina, en esos países se prefería la letra Kurrent que era el equivalente manuscrito de las tipografías góticas o fracturadas. Susana Goldman, quien trabajó con nosotros y conocía la letra alemana o curren se pudo ocupar de establecer el texto en alemán de los manuscritos escritos por Freud con letra alemana gótica.
Nuestro largo recorrido concluyó en el año 2011 con la publicación de El yo y el ello, al que también agregamos los manuscritos inéditos y la versión publicada en una edición bilingüe.
Bien. Un primer motivo de satisfacción esta noche, que  alguien más, Lionel Klimkiewicz, a quien solamente le facilité una copia del manuscrito freudiano, se animara con esos documentos inéditos. Destaquemos cuándo ocurrió, escribe Lionel: “En el año 2012, mientras me encontraba trabajando en la búsqueda y recolección de la gran cantidad de referencias a las que hace mención el escrito de Freud, especialmente la de la traducción del texto original de Jentsch, llegó a mis manos, gracias a las gestiones del Dr. Cosentino, una copia del manuscrito de Das Unheimliche que se encuentra en la biblioteca de Washington”. Esto está en las páginas 12 y 13 de la publicación.
Un segundo motivo de agrado esta noche, la participación de Susana Goldman, a cargo del esclarecimiento de los manuscritos en alemán y de Lena Walther -que no está presente pues está en Alemania- psicóloga alemana que realizó una pasantía en el proyecto de investigación de UBACYT, -que dirijo-, y participó con Lionel activamente en el arduo trabajo de traducción.
En tercer lugar, esta agradable sorpresa, este texto bilingüe ya publicado con el manuscrito inédito, sus novedades, y la recolección que realizó Lionel, de la gran cantidad de referencias a las que hace mención el escrito de Freud, especialmente, como él dice, la traducción del texto original de Ernest Jentsch. Destaco: el acierto de no haber traducido el término Unheimliche, que le otorga titulo al texto y todos sus derivados. Así el lector en lengua castellana atraviesa por un desafío en su trabajo de lectura de hallar y en tanto tal, no perder, los distintos matices que propone Freud para Unheimliche. No era válido, nos dice Lionel, pues proponer un término que iba a terminar restringiendo y opacando excesivamente todos los colores posibles de la paleta del lenguaje que Freud propone en su texto y en especial en el primer ensayo. Subrayo la importancia, además, del segundo anexo: por primera vez contamos con una traducción del texto Sobre la psicología de lo Unheimliche de Jentsch, referencia central del manuscrito freudiano, más allá de las diferencias que Freud va estableciendo. Y también subrayo la importancia del primer anexo: por una parte Schelling y todo lo que inspiró en Freud; y por otra parte, el estudio de Lionel, su indagación sobre los antecedentes en la cultura y en la obra de Freud del tema de lo Unheimliche y del romanticismo alemán.
Finalmente el glosario alemán-castellano -en esta oportunidad está solo referido a las dos versiones del texto-  donde lo importante es que es un glosario sobre la lengua de Freud, no de la lengua alemana sino de la lengua freudiana.
Los hallazgos y sorpresas que deja el primer ensayo, el apuro de Freud, su paradójica opinión -en una carta Freud lo considera un trabajo “pequeño y poco importante”- cuando? Justo cuando adelanta en el tercer ensayo algunas de las formulaciones que desarrollará en mayor profundidad en “Mas allá…”. En Viena, en 1900, cuando aún se hacen sentir las graves consecuencias de la primera guerra mundial, redacta este artículo para la revista, Imago. Pequeño y poco importante, escribe Freud. Prueba de ello es que Freud entregó el manuscrito, posiblemente una copia en limpio, pero no corrigió las pruebas de galera. Hay sorpresas; el editor copia y omite algunas frases; son aquellas que al lector le resultan un tanto confusas cuando las lee y hasta carentes de sentido. Lionel se pregunta, distracción? obediencia ciega del editor? Lionel revisó las fuentes. Fíjense, por ejemplo, en las páginas 14 y 15, qué le ocurre al editor con lo que Freud había seleccionado, por ejemplo de aquellas páginas que los hermanos Grimm le dedican al termino Unheimliche. Sin embargo - pagina 12-  dice Lionel, tal como suele ocurrir, los efectos de una obra sobrepasan los cálculos de su autor, y así, a casi 100 años de su publicación, Das Unheimliche se ha ganado un lugar de importancia dentro de la teoría psicoanalítica. Y tal vez, agrego yo, si Freud no hubiera estado tan exigido, tan apremiado – Freud se encuentra con lo real de la clínica psicoanalítica en ese momento- el instante en que lo heimliche se vuelve Unheimliche le hubiera anticipado ese punto fuera del territorio del principio del placer, brevísimo momento que le abre paso a algo,  que no se reduce al campo del principio del placer en el que se produce un exterior siempre excluido. La primera versión de Más allá del principio del placer estaba lista también en 1919, que es el mismo año que él publica este texto del que dice que es pequeño y poco importante. Creemos que el apuro de Freud es otro; lo urge, lo apremia lo real del psicoanálisis. Se ilumina así el giro de 1920: cómo presentar lo que no tiene representación? Pasado por un material que permanece no reconocido, por un inconsciente no todo reprimido y por la compleja hipótesis de la pulsión de muerte, ya no se tratará de la verdad de lo reprimido sino de los fenómenos residuales del trabajo analítico. 
Pasaron muchos años para que pudiéramos disponer de los documentos que Freud guardó. Recién en 1986 fueron entregados a la División manuscritos de la Biblioteca del Congreso en Washington en EEUU. Parece que fue importante la opinión de Ana Freud y allí permanecen.
Volver a los textos…, el libro de Ilse, fue escrito en 1993 y traducido al castellano en el 2003. Esta larga demora no es ajena a los excesivos recaudos de Ana Freud y a los recaudos de la IPA. Pero a esto nos tienen acostumbrados las instituciones de los psicoanalistas.
Aprovechemos esta oportunidad de contar con un segundo texto crítico, que sigue a El Yo y el Ello; podemos hablar de serie, pues  está en preparación el tercero: una edición crítica de Más allá del principio del placer.
Para terminar, como nos enseñó Lacan, es una nueva oportunidad de volver a los textos de Freud. La pregunta que nos podríamos hacer es, Cuál es el valor de a leer a Freud en el tiempo actual? Creemos que el valor de leer a Freud en el tiempo actual a partir en esta ocasión de esta edición crítica de Das Unheimliche transita por recrear, en alguna medida, el instante inaugural de la experiencia analítica, eso que tiene de naciente cada vez la experiencia analítica, de ahí que en psicoanálisis siempre estemos empezando.
Dr. Anibal Goldchluck: Buenas noches. Para mí es como una fiesta esto, una fiesta porque que uno de nosotros publica un libro, que uno de nosotros a quien vemos trabajar todos los días al lado nuestro publique un libro eso representa una fiesta, que la cuestión de todos los días transmute en una producción académica como la que hizo Lionel, es para festejar y para compartir. Por eso cuando me preguntaron como quería ser presentado dije como compañero de trabajo porque así tengo algo de positivo también para mí.
Digo como leí este libro. Lo leí, cada uno cuando lee un libro lo hace de una manera particular, y lo leí como un libro escrito por Lionel con dos citas, una de Freud y una de Jentsch, porque lo que me importaba, la secuencia que seguía además de la riqueza de  los textos de Lionel que son el centro de la cuestión era ver que había ido pensando Lionel sobre este trabajo. Lo primero que aparecía, lo primero que ustedes van a leer cuando lean el texto es una historia, una de esas historias que tienen algo de romántico, yo creo que es un texto romántico de Freud, y creo que uno de los hallazgos más importantes de este libro que publica Lionel es ubicar este texto dentro del romanticismo y dentro del romanticismo alemán, pero dentro del romanticismo como una forma de la cultura. Digo que es un texto romántico porque es un texto que alude a misterios, algo de esto vimos en la película hoy (The Sandman, 1992) y que refiere a  algo de que lo conocido se vuelva desconocido, como hay una cita de Novalis en el texto que lo menciona, es algo que forma parte de este modo de pensar la vida humana que es el romanticismo.
No voy a repetir lo que dijo Juan Carlos muy bien, pero la primera cuestión que impacta es la decisión de Lionel de haber dejado el termino en alemán para dar cuenta de que es imposible la traducción y que, en el manojo de términos que el término Unheinliche cae en alemán no es el mismo que el que aparece en español y cualquier término que sea usado- lo ominoso, lo siniestro- da cuenta del mismo juego de palabras ni del mismo efecto de significación que produce la relación de lo términos que se dan en alemán. Eso me parece que es de un hallazgo realmente interesante. Y lo otro es la cuestión de trabajar sobre los sentimientos humanos. Lo que Lionel hace es aprovechar el primer párrafo freudiano, donde Freud avisa que se va a dedicar a una cuestión de los sentimientos y de la estética, donde Lionel ubica que es una cuestión  que se vincula con el romanticismo, porque los sentimientos de los que va a hablar no son los sentimientos de belleza, no es una estética vinculada a la belleza, sino una estética vinculada a lo aversivo. Estos sentimientos difíciles de ubicar, que no son abarcados por el termino susto, ni pavor, ni terror, ni tampoco desconocido, ni no familiar, es el objeto del trabajo de Freud y es después lo que Lionel va a recoger todo el tiempo en sus comentarios.
A mí me parece fantástica la inclusión de este texto dentro del movimiento romántico. Quisiera decir que valor yo le encuentro a este texto hoy en lo que me ocupo, que es centralmente de la clínica psiquiátrica. Donde podemos encontrar esta cuestión? Freud, si entiendo bien, desgaja el termino que está trabajando en dos vertientes: por un lado como una forma particular del retorno de lo reprimido, por otro lado como experiencia humana que evoca formas de pensamiento más regresivas: la omnipotencia del pensamiento, la magia, etc. Esta cuestión de una forma particular del retorno de lo reprimido más esa forma regresiva del pensamiento humano que supuestamente debería estar superado dentro de la maduración racional del sujeto humano, esa particular conjunción es la que da lugar a ese particular sentimiento que es un retorno de lo reprimido que al estar más allá de lo no lógico hace que sea lo que se experimenta en muchos fenómenos que limitan con la psicosis. Hoy hay una cuestión polémica dentro de la psiquiatría, es ver si cuando se abordan desde la clínica psiquiátrica, se la aborda desde la posición del observador, es decir lo que ve el observador del sujeto a quien tiene en consulta, o si se la aborda desde la particular experiencia del sujeto que vive los fenómenos que le tocan vivir. Esta diferencia entre la posición del observador o de la primera persona, es una polémica dentro de la psiquiatría porque la psiquiatría esta interesándose o reinteresándose en lo que tiene que ver con lo mas subjetivo de la experiencia humana, que el observador solo puede ver signos, señales o cosas externas. En este sentido es que la exploración de este particular sentimiento está más ligado al abordaje de los fenómenos clínicos que comenzó el psicoanálisis pero que siguió una rama de la psiquiatría que es la fenomenología. Dentro de la fenomenología hay experiencias y vivencias que fueron particularmente importantes y que hoy han caído en desuso por haber sido superados por una visión más externa o signológica de los fenómenos mentales. Estas vivencias particulares son las que se llaman de despersonalización, o de desrealización o descorporalización, en donde se basan  en esto: en que en el sujeto humano hay un momento, que lo experimentan aquellas personas que lo sufren, en donde lo propio es plenamente desconocido, es decir que lo más obvio que es lo que veo, lo que experimento y lo que observo, me es desconocido, la realidad me es desconocida, mi propio cuerpo me es algo desconocido. Es así donde creo que se recupera y se rescata esta cosa particular de esta propuesta freudiana, -yo no creo que este sea un texto menor ni pobre, por supuesto,-  que nos induce a dirigirnos o a atender esta particular cosa de que lo propio se convierte en absolutamente extraño y desconocido. Esto que Lionel hace a lo largo de todo el libro que cita una cantidad de citas literarias que son necesarias y que hacen al texto; esta situación que aparece en tanto textos literarios conocidos por nosotros, a mí se me ocurre el cuento “Casa tomada” por ejemplo, que señalan esta cuestión cuando en cada uno de nosotros  lo que debería ser lo más propio y conocido se convierte en desconocido.

Lic. Hugo Piciana: Buenas Noches. En primer lugar quiero agradecer a Lionel la invitación a presentar este nuevo libro, es decir que el libro hoy se presenta en sociedad, y a mí me alegra mucho también porque es un nuevo libro sobre psicoanálisis y de psicoanálisis. Digo nuevo dado que el escrito de Freud como han dicho es de 1919 y  hoy es presentado ante ustedes en el 2014. Pues hay de lo nuevo, de lo antiguo y el texto de Lionel sobre el texto de Freud- así lo he leído yo- que en la traducción al castellano circula como “Lo siniestro”-es muy raro escucharlo en alemán- es un texto con historia ya pero que se actualiza en su repetición y como todo aquello que pertenece a la repetición, algo de la novedad se produce. Y hoy estamos ante la novedad, lo que se produjo es un nuevo libro.
Lógicamente que esta novedad, este nuevo libro producido por Lionel, paga por ello un costo que es el quedar expuesto ante sus lectores, o sea el que hace se expone y corre un riesgo. Lionel decidió correrlo.
A partir de este momento tomaré el principio del libro que se presenta hoy en sociedad, o sea su tapa, que enmarca el libro y dice Manuscrito inédito, lo cual es cierto porque el manuscrito es inédito. Me tome la molestia de buscar en el diccionario que significa inédito y el diccionario de uso del español dice por inédito: lo no publicado, lo no impreso, lo no editado. El manuscrito sigue siendo inédito pero el libro no, porque aquí tenemos ante nosotros esta producción de Lionel que está publicado, está impreso, está editado y aún más, está comentado. Entonces, mi pregunta era, el manuscrito lógicamente es inédito, pero el libro no, entonces que tiene de inédito…..? y al leer el libro –que lo he leído 2 veces- es su contenido. Primeramente porque aparece el manuscrito de Freud que deja testimonio claro del encuentro de lo no ligado con Freud. El encuentro de Freud con lo que no tiene representación, con lo disruptivo, es lo inédito, lo inédito para Freud. O sea lo inédito con lo que no está barrado. Para Lacan con su encuentro con lo real propone un otro tratamiento en la praxis del psicoanálisis, el tratamiento de lo real por lo simbólico. Por lo tanto para Freud, otro modo de leer dicho manuscrito, como para lacan hay algo clave en ellos, no retrocedieron ante lo no ligado, lo pusieron en trabajo.
Y este significante, trabajo, es el que aparece en las primeras líneas en el apartado de agradecimientos de Lionel y nos dice:- así empieza para mí el libro- “este libro es fruto de tres años de arduo trabajo, que incluyeron momentos de lectura, traducción, escritura y corrección”. Por lo tanto este significante es el que aparece, el significante trabajo, trabajo que lo marca como arduo entramado en una temporalidad, que está compuesto por 4 momentos, el de investigación, traducción, escritura y traducción y estos momentos, en el derrotero de la lectura del libro, son claros y precisos, y su entrecruzamiento y interrelación está claramente en las notas que anteceden a cada capítulo, como así también a los comentarios realizados por Lionel es donde se verifica evidentemente lo que él denuncia como trabajo arduo. Sustraje algunos párrafos donde se puede ver con precisión cómo Lionel articula estos cuatro momentos sorteando dificultades relacionadas con cada uno de esos momentos. Esos párrafos - no los voy a leer porque sería muy largo- es muy claro como se combinan esos cuatro momentos, en la pág 77, en la pág 61 -     fundamentalmente en ésta página- aparece toda la clara investigación que lleva a cabo Lionel, como así también en la pág 84 y 85 del libro, donde quedan articuladas  3 de los 4 momentos, la escritura, la investigación y las correcciones. Y volviendo hacia adelante del libro en la pág 13, nos encontramos con algo sumamente importante: Lionel dice en la presentación “ya de por sí una traducción implica enfrentarse con las imposibilidades de un idioma para interpretar la palabra del otro” o sea que evidentemente el trabajo de Lionel se ha encontrado con un imposible. Más abajo dice “esta nueva traducción- o sea que hay algo de la novedad parece ser- que presentamos aquí intenta- es un intento- ser fiel al sentido de Freud- o sea un acercamiento- lo que implica entre otras cosas- y esto muestra evidentemente un sesgo de talento- “no pretender la imposible literalidad de la traducción”. O sea que Lionel se encuentra con algo de lo imposible también. Más allá del manuscrito inédito y de lo inédito que contiene el libro, Lionel se encuentra con lo inédito, con lo que no se puede, con lo que no se puede editar, con lo que no se puede imprimir, con lo que no se puede publicar, que es la literalidad de la traducción de un idioma a otro, o en este caso también podemos decir, del discurso del otro.
 Lo que no se puede publicar queda claro, entonces claramente se lo puede traspolar a lo que nos enseño Lacan, que esto es un no-todo y a mi entender es lo que le permitió a Lionel producir un nuevo libro. Porque sus partes, las que anuncié, no hacen un todo. Es claro que el arduo trabajo que le ha demandado esta producción la realizó como un sujeto decidido y dividido. O sea que para ajustarlo a un dispositivo analítico, lo hizo desde una posición analizante, como nos enseño Lacan en la transmisión de su enseñanza, y sabiendo que desde su posición de analista no- todo no hubiese podido dicha producción producirse. Y para finalizar, como producción en psicoanálisis, siempre es un no-todo, esta soportada en un agujero y es lo que nos transmite Lionel con este nuevo libro. Este libro es claramente necesario, pero en este punto no es suficiente, queda agujereado.
Lic. Lionel Klimkiewicz: Bueno, unos minutos nada más  fundamentalmente para realizar algunos agradecimientos importantes.
Este libro llevó mucho trabajo, primero recopilando referencias del texto, recorriendo bibliotecas; Aníbal citaba la famosa frase de Schelling -que fue casi un desafío personal encontrarla, no se la encontraba por ningún lado-, consiguiendo libros antiguos que ya no son editados, que están agotados, mandando a pedir libros al extranjero porque no llegaban a Buenos Aires. Luego vino el pedido del manuscrito original, gracias a las gestiones de Juan Carlos Cosentino, a quien vuelvo a agradecer todo su apoyo, sus consejos, opiniones y enseñanzas que fueron fundamentales para realizar este libro.
 A partir de ahí vino el trabajo de traducción, sábados enteros y algunas horas durante la semana durante más de seis meses compartiendo con la Lic. Lena Walter, quien se encuentra en Alemania donde vive – quien esperamos dentro de poco vuelva a visitarnos- y quería agradecerle porque sin ella este libro no hubiera sido posible. Jornadas largas de trabajo, apasionantes y enriquecedoras, tratando de plasmar en nuestro idioma el estilo de Freud y toda la riqueza que el manuscrito nos brindaba.
 Luego, escribir notas, comentarios, incluir anexos, como la otra traducción, la del texto de Jentsch para que el lector pueda sumergirse en el escrito de Freud y valorarlo en toda su dimensión.  Mientras tanto contar con la lectura crítica y las ideas que aporto mi amigo Diego Luparello, en los borradores del libro. Otros amigos me han ayudado con algunas otras cosas como Laura Passalía que me estuvo aguantando mucho tiempo con mis pedidos de copias. Al mismo tiempo también presentando partes de trabajo en diversos lugares y con diversos colegas, en el dispositivo de Conversación Analítica que coordina Hugo; en el Servicio de Consultorios Externos del Hospital Borda que dirige Aníbal, y en diversas universidades como por ejemplo en la Carrera de especialización en psicoanálisis de la UAI, y en la Maestría en Psicoanálisis en la Universidad Kennedy.
Una vez terminado el libro, llegó el momento de la diagramación a cargo de Laura Dubois, a quien estoy muy agradecido también – el libro ha quedado muy bien diagramado, fue muy difícil- la idea era que el lector pudiera tener, ya que es un libro bilingüe, que estuvieran muy claras las coincidencias de los párrafos que están numerados para que el lector pudiera seguir el texto.
Por último la impresión del libro, excelente, a cargo de mi amigo Leandro Salgado en su imprenta, quien se encargó de los detalles y correcciones finales que fueron fundamentales. Todo esto también lo realicé desde el primer minuto acompañado del apoyo de la Lic. Paula Ambroso.
No quería dejar de nombrar a Ezequiel Perla, artista plástico, autor del dibujo de El hombre de arena basado en el corto que vieron ustedes al comienzo de la presentación; y a dos amigos periodistas, Hernan Di Bello y Gabriel Tuñez que estuvieron ayudando con la difusión.
Todo este largo y arduo trabajo fue para darme un gusto que fue el de realizar una edición del manuscrito de Freud, tal vez el trabajo más apasionante que realice en mi vida. Y hoy aquí con ustedes, pudiendo compartir esta mesa, las opiniones de Hugo, de Juan Carlos y de Aníbal, me dí otro gusto más; para mí es un honor, son tres personas que me han enseñado mucho, me siguen enseñando mucho en mi profesión y a quienes estoy eternamente agradecido por estar acá y por sus enseñanzas. A ustedes también, gracias por estar acá, compren el libro, léanlo, no lo compren para dejarlo en la biblioteca, y si no, dénselo a alguien, y recomiéndenlo si les gusta; este es un trabajo hecho a pulmón, con mucho trabajo y alegría. Espero que les guste. Gracias. 

lunes, 31 de marzo de 2014

FREUD "DAS UNHEIMLICHE"-MANUSCRITO INÉDITO -NUEVO LIBRO




En el año 1920, con la aparición del texto “Más allá del Principio del Placer”, se inicia un camino conceptual en la obra de Freud que determinará un giro capital en la historia del psicoanálisis como praxis1. Giro determinado por el encuentro en la clínica con el inconsciente no reprimido y la Pulsión de Muerte.
En esa época Freud se encontraba con el obstáculo de cons­truir su teoría, sus conceptualizaciones, en torno de aquello que en la clínica se le presentaba como lo no simbolizado, lo no re­conocido, lo no ligado -todos nombres de lo Real que funda el discurso.
Así es como en 1919, cuando en Viena todavía se hacían sen­tir con fuerza las consecuencias de la Primera Guerra Mundial, redacta un artículo para la revista “Imago” titulado “Das Un­heimliche” en donde adelanta algunas de las formulaciones que desarrollaría con mayor profundidad en el “Más allá…”, escrito en el que también estaba trabajando en ese momento. Según él mismo manifestaba en cartas de esa época, consideraba a su trabajo como pequeño y poco importante. Sin embargo, tal como suele ocurrir en estos casos, los efectos de una obra sobrepasan los cálculos de su autor, y así, a casi cien años de su publicación, “Das Unheimliche” se ha ganado un lugar de importancia dentro de la teoría psicoanalítica por ser un texto clave para abordar, por ejemplo, la cuestión de la angustia.
En el año 2012, llegó a mis manos, gracias a las gestiones del Dr. Juan Carlos Cosentino, una copia del ma­nuscrito de “Das Unheimliche” que se encuentra en la Biblioteca del Congreso de Washington.
El trabajo con el manuscrito posibilita el encuentro casi directo con la producción de Freud, es decir, sus formulaciones en esta­do naciente, incluidas sus vacilaciones -que se manifiestan en los agregados, tachaduras, equivocaciones- pero fundamentalmente con su estilo.
En esta oportunidad entonces, presen­tamos una nueva edición del ensayo de Freud con los tres capítu­los del texto y aquellos agregados que, según entendemos, corres­ponden al capítulo 1 y que hasta ahora no fueron publicados. Además, al ser una traducción directa del manuscrito, también se incluyen las palabras o frases tachadas o corregidas por Freud para poder transmitir al lector aquellos de­talles que, como manifesté anteriormente, dan cuenta del estado naciente de su producción. Para acercar con mayor profundidad el texto al lector se han agregado notas introductorias y comen­tarios en cada capítulo.
Dos anexos completan el libro. En el primero, el lector in­teresado en indagar sobre los antecedentes en la cultura y en la obra de Freud del tema de lo Unheimliche, como así también de su importancia en el psicoanálisis y en la estética, encontrará un pequeño estudio que, sin ser exhaustivo, tal vez le sirva co­mo punto de partida a investigaciones más detalladas. Se inclu­yen también dos textos citados por Freud, fundamentalmente aquel que contiene la ya famosa frase de Schelling “Se denomina -Unheimlich a todo lo que…”, y que el padre del psicoanálisis extrae del diccionario de Sanders.
En un segundo anexo presentamos por primera vez en castellano, la traducción del texto “Sobre la Psicología de lo Unhei­mlichen” de Ernst Jentsch, que entendemos es la referencia prin­cipal del texto freudiano y que por ese motivo se torna impres­cindible para su comprensión.

                                                              Lionel F. Klimkiewicz

miércoles, 5 de febrero de 2014

LA HISTORIA DEL LIBRO




Escribir una historia del libro es, de alguna manera, recorrer  la historia de la escritura y también, claro está, la historia del hombre. Entonces, en esa rica conjugación de caminos,  entre otras cosas podemos encontrar, por ejemplo, los vínculos entre los cuerpos tatuados de los antiguos indígenas, las fórmulas para preparar una buena tinta y la invención de la imprenta.
En “La historia del Libro”, escrito por M. Ilin y publicado por Leviatán hace ya varios años, además de estos entrecruzamientos, nos vamos a encontrar con un recorrido simple, ameno y plagado de detalles que nos acercan a cómo la escritura, a lo largo de los siglos, fue sirviéndose de diversos soportes que fueron cambiando según los avances científicos, culturales y tecnológicos.
En estas páginas el autor nos ofrece lindos ejemplos de esa rica historia: escribir sobre la piedra, por ejemplo, daba más tiempo de supervivencia a lo escrito y hacía que las letras fueran rígidas y derechas; el uso del papiro, en cambio, permitía que las letras fueran más redondeadas y que se pudiera escribir con tinta –que se hacía con una mezcla de hollín y agua- utilizando una especie de pluma hecha de juncos.
Pero uno de los modos más notables, por las resonancias que tiene en la actualidad, era escribir sobre tabletas. Así es como los libros, entonces, estaban compuestos por un número de pequeñas tabletas y cada una de ellas estaba vaciada en el medio para obtener un espacio rectangular que se llenaba de cera amarilla donde se escribía, y en sus dos esquinas tenían agujeros por los cuales se pasaban cordones que mantenían las tabletas formando un solo ejemplar. Por supuesto que en ellas no se escribía con tinta, sino que se usaban puntas de acero llamadas estiletes, que tenían un extremo puntiagudo con el que se escribía y el otro redondo, con el que se borraba. La frase “escribir con estilo” o hablar del “estilo de un autor” deriva del uso de este instrumento.
Historia del Libro” es un libro pequeño, muy entretenido, recomendable para cualquier amante de estos objetos que fueron y seguirán cambiando a lo largo de la historia y que nos hace pensar bastante sobre estas frecuentes disputas sobre si los libros -como objeto- sobrevivirán a las nuevas tecnologías.


                                                           Lionel F. Klimkiewicz