domingo, 2 de septiembre de 2018

La Amentia de Meynert en la obra de Freud



No son muchas las referencia que realiza Freud en su obra a la Amentia, el cuadro que fuera descripto por Theodor Meynert, quien había sido profesor suyo en el Hospital General de Viena. Sin embargo, las vemos aparecer en momentos teóricos fundamentales, que valen la pena señalar para poder extraer la lógica en que se sustentan.
En primer lugar, tenemos el texto de 1894, “Las neuropsicosis de defensa”, en donde en el punto 3, al destacar el papel de la defensa, nos dice:

“(1)Ahora bien, existe una modalidad defensiva mucho más enérgica y exitosa, que consiste en que el yo desestima {verwirft-verwerfen} la representación insoportable 27  junto con su afecto y se comporta como si la representación nunca hubiera comparecido. Sólo que en el momento en que se ha conseguido esto, la persona se encuentra en una psicosis que no admite otra clasificación que «confusión alucinatoria».(…)   (3)El hecho sobre el cual yo quería llamar la atención es que el contenido de una psicosis alucinatoria como esta consiste justamente en realzar aquella representación que estuvo amenazada por la ocasión a raíz de la cual sobrevino la enfermedad. Así, es lícito decir que el yo se ha defendido de la representación insoportable mediante el refugio en la psicosis; el proceso por el cual se logró esto escapa tanto a la autopercepción como al análisis psicológico-clínico. Corresponde verlo como expresión de una predisposición patológica de grado más alto, y acaso se lo pueda circunscribir como sigue : El yo se arranca (se separa) (reisst) de la representación insoportable,  pero esta se ensambla (zusammen) de manera inseparable con un fragmento de la realidad(Realitat), y en tanto el yo lleva a cabo ese logro, se suelta (losgelöst) también, total o parcialmente, de la realidad (Realitat) objetiva. 31 Esta última es a mi juicio la condición bajo la cual se imparte a las representaciones propias una vividez alucinatoria, y de esta suerte, tras una defensa (Abewhr) exitosamente lograda, la persona cae en confusión alucinatoria.”


Debe destacarse aquí que esta defensa exitosa hace que el vínculo del yo con la realidad se vea conmovido. El yo se suelta total o parcialmente de ella, dice Freud.
Más tarde, en el caso Schreber, en el apartado sobre el mecanismo paranoico afirma:

“Man kann nicht behaupten, daß der Paranoiker sein Interesse von der Außenwelt völlig zurückgezogen hat, auch nicht auf der Höhe der Verdrängung, wie man es etwa von gewissen anderen Formen von halluzinatorischen Psychosen beschreiben muß (Meynerts Amentia).”
(Jahrbuch für psychoanalytische und psychopathologische Forschungen III 1911 1.Hälfte, pág 6o)
“No es posible aseverar que el paranoico haya retraído por completo su interés del mundo exterior, ni siquiera en el período cumbre de la represión, como hemos de admitirlo en otras formas distintas de la psicosis alucinatoria (en la amencia de Meynert)”

Luego, en “Complemento metapsicológico a la doctrina de los sueños”(1915-7), en donde compara la Amentia con el sueño, dice que toda nuestra vinculación con el mundo exterior depende de la capacidad de distinguir percepciones de representaciones. Nos recuerda algo que ya estaba anticipado en su “Proyecto de psicología para neurólogos”: se requiere de un dispositivo con ayuda del cual se pueda distinguir una percepción desiderativa de un cumplimiento real, resignando la satisfacción alucinatoria e instaurando un examen de realidad que nos posibilite distinguir un adentro y un afuera. Pero se pregunta: ¿cómo es posible que en la psicosis alucinatoria del sueño y de la amentia este dispositivo logre cancelarse y se restaure el viejo modo de satisfacción? Y responde:

(23) Hingegen können wir schon jetzt aus der Pathologie erfahren, auf welche Weise die Realitätsprüfung aufgehoben oder außer Tätigkeit gesetzt werden kann, und zwar werden wir es in der Wunschpsychose, der Amentia, unzweideutiger erkennen als am Traum: Die Amentia ist die Reaktion auf einen Verlust, den die Realität behauptet, der aber vom Ich als unerträglich verleugnet werden soll. Darauf bricht das Ich die Beziehung zur Realität ab, es entzieht dem System der Wahrnehmungen Bw die Besetzung oder vielleicht besser eine Besetzung, deren besondere Natur noch Gegenstand einer Untersuchung werden kann. Mit dieser Abwendung von der Realität ist die Realitätsprüfung beseitigt, die – unverdrängten, durchaus bewußten – Wunschphantasien können ins System vordringen und werden von dort aus als bessere Realität anerkannt. Eine solche Entziehung darf den Verdrängungsvorgängen beigeordnet werden…

(23) En cambio, desde ahora podemos averiguar por la patología el modo en que el examen de realidad puede cancelarse o ponerse fuera de acción; y por cierto lo discerniremos de manera más unívoca en la psicosis de deseo, la Amentia, que en el sueño: La amentia es la reacción frente a una pérdida que la realidad asevera pero que debe ser desmentida {Verleugnet} por el yo como algo insoportable. A raíz de ello el yo rompe el vínculo con la realidad, sustrae la investidura al sistema Cc de las percepciones (o quizá le sustrae una investidura cuya particular naturaleza puede ser todavía objeto de indagación). Con este apartamientp (Abwendung) de la realidad queda eliminado el examen de realidad, las fantasías de deseo -no reprimidas, por entero conscientes- pueden penetrar en el sistema y ser admitidas desde ahí como una realidad mejor. Una sustracción así puede ponerse en el mismo rango que los procesos de la represión…

Es decir que el yo rompe el vínculo con la realidad apartándose(Abwendung) de ella. Lo que por el momento Freud no tiene claro es el mecanismo que produce este apartamiento, aunque supone una sustracción de investidura que puede ponerse en el mismo rango de la represión, adelantándonos que una desmentida (verleugnet) está en juego. Y termina afirmando que eso que en la amentia es efectuado por la represión, en el sueño lo produce la renuncia voluntaria.
La idea de que en la Amentia se rompe el vínculo con la realidad continúa hasta su artículo de 1924 “Neurosis y psicosis”, donde afirma:

“(4)En la Amentia de Meynert, la confusión alucinatoria aguda, acaso la forma más extrema e impresionante de la psicosis, el mundo exterior de ningún modo es percibido o solo lo es ineficazmente.”(…) Ahora bien, en la Amentia no solo se rehúsa la acogida de nuevas percepciones, sino también se quita la significación (Bedeutung) (investidura) [1] (Besetzung) que hasta el momento representaba (vertrat)  al mundo exterior como su reflejo (Abbild); en el yo se crea de forma presuntuosa y autosuficiente (selbstherrlich) un nuevo mundo exterior e interior, y hay dos hechos indudables: que este mundo nuevo es construido de acuerdo con los impulsos de deseo del ello y que el motivo por el que deja de integrarse  con el   mundo exterior, es un grave –y al parecer, insoportable- rehusamiento de un deseo (Wunschversagung)  por parte de la realidad. El parentesco interno de esta psicosis con el sueño normal no se puede desconocer. Ahora bien, la condición del soñar es el estado del dormir, uno de cuyos caracteres es el apartamiento (Abwendung)  pleno entre percepción y mundo exterior.

Como lo enuncia Freud en las primeras líneas de este texto, retoma consideraciones trabajadas en su escrito El yo y el ello, para aplicarlas, en un principio, a establecer la diferencia entre neurosis y psicosis. Pero también, sobre el final brinda dos señalamientos que serán de suma importancia hasta el final de su obra: por un lado, en el párrafo (7) propone un campo nuevo de investigación que permita pensar de qué manera el yo logra escapar, sin enfermar, de los conflictos y exigencias que se le imponen, teniendo en cuenta las circunstancias económicas y que “yo tendrá la posibilidad de evitar la ruptura hacia cualquiera de los lados, deformándose a sí mismo, tolerando menoscabos a su unidad, eventualmente hendiéndose y partiéndose”. Por otro lado, en el párrafo final, nos introduce un nuevo interrogante: “cuál será el mecanismo /análogo a una represión/ a través del cual el Yo se desprende del mundo exterior”. El camino que Freud había inaugurado con el giro de 1920 encuentra entonces, con estos dos señalamientos, una orientación que desembocará, hacia el final de su obra, en los dos conceptos que redefinirán la estructura del sujeto del inconsciente: escisión y desmentida.

Hasta aquí entonces, referencias a la Amentia de Meynert, en donde Freud sigue una lógica que dice que por un lado, el yo rompe el vínculo con la realidad, se desprende de ella, se suelta del mundo exterior. Por otro lado, el mecanismo, entre verwerfen, verleugnung y verdrangung, desestima (forclusión), desmentida y represión. La comparación entre la Amentia y el sueño es constante porque le interesa indagar sobre ese apartamiento total de la realidad. La pregunta del “complemento psicológico” insiste: cómo es posible cancelar el examen de realidad? Por qué encontramos sujetos que se desprenden de la realidad, hasta en formas extremas, como en la Amentia?
A partir de aquí se produce un largo silencio en la obra de Freud respecto al cuadro descripto por Meynert, y habrá que esperar al final de su obra para volver a encontrar la última referencia en su “Esquema de psicoanálisis”. Allí encontramos un giro novedoso en el párrafo 11, del capítulo 8 de la tercera parte del texto:

“El problema de la psicosis sería simple y transparente si el desprendimiento (Ablösung) del yo respecto a la realidad fuera en su totalidad factible. Pero parece que eso rara vez ocurre, o tal vez nunca. Incluso de estados que están tan alejados de la realidad el mundo exterior como una confusión alucinatoria (Amentia)  uno se entera por la comunicación de los enfermos después de su recuperación, que en aquel momento en un rincón de su alma -tal como se expresan- se escondía una persona normal que veía pasar ante sí la fantasmagoría de la enfermedad como un observador no involucrado”


En esta última referencia a la Amentia en su obra, en el Esquema, ya no se trata de la represión y del apartamiento total de la realidad, sino de desmentida y escisión. Por qué tantos años de silencia en torno a esta referencia, que vuelve a aparecer al final de su obra? Por un lado, el giro de 1920 con la aparición del concepto de pulsión de muerte y el problema económico concomitante, que requirió una revisión de la conceptualización del aparato psíquico y la aparición de la segunda tópica, junto a una nueva definición del inconsciente. Por otro lado, en 1923, con la Organización genital infantil, la fase del primado del falo señala que el representante psíquico de esa fuente de saber sexual traumática es el mismo falo pues no tiene equivalente y, en tanto tal, remite a la castración.(…) Aparece, pues, el eje de la cuestión: la castración. Será la investigación sobre el fetichismo lo que le dará la posibilidad de encontrar que la desmentida implica una spaltung del Yo. Dos actitudes opuestas, reconocimiento y no reconocimiento de la castración, que se producen “al mismo tiempo”.
Dice Freud en “El esquema…”:

Retomemos nuestra indicación de que el yo infantil, //bajo el dominio del mundo real(V)//, tramita unas exigencias pulsionales desagradables mediante las llamadas represiones. Completémosla ahora con la nueva comprobación de que en la misma época de su vida el yo se encuentra con frecuencia en la situación de defenderse de una exigencia del mundo exterior que es sentida como penosa, cosa que logra mediante la desmentida de las percepciones que lo informan de esa exigencia de la realidad. Tales desmentidas ocurren con frecuencia no sólo entre los fetichistas; cada vez que logramos estudiarlas resultan ser medidas de alcance parcial, tentativas incompletas para desprenderse[1] de la realidad. El rechazo[2] siempre se complementa con un reconocimiento[3]; siempre se establecen dos posiciones opuestas, independientes entre sí, que dan por resultado una escisión del yo.

Freud al final de su obra, va más allá de la psicopatología, “incluso de la amentia”, y demuestra una escisión en neurosis, psicosis y perversión. La desmentida, implica, una negación radical, tal como sostiene Lacan, que afecta lo que viene de lo real. El sujeto, en el encuentro con lo real se hiende, y esa hendidura se ubica en el núcleo de nuestro ser. Aquella interrogación de 1920 sobre la reacción frente al peligro exterior entrañaba una ruptura que le abría paso a algo que no se podía ya reducir al campo del principio del placer. La ruptura de la protección antiestímulo divide el espacio dejando ver su carácter heterogéneo. La realidad es la realidad de la castración: cuando se consuma el nudo entre el dicho de la amenaza y el recuerdo, como huella inscripta de lo que fue percibido. Ya no se trata solamente de “pérdida de la realidad” sino de desmentida, y spaltung del Ich, es decir, de la pérdida de la unidad del yo.


[1] Ablösung
[2] Ablehnung
[3] Anerkennung