viernes, 27 de febrero de 2015

BAJEZAS CON ALTURA


(Quevedo Vs. Góngora)

Para confrontar, desvalorizar, ridiculizar o ganar un minuto de fama, tanto políticos, como actores, y mediáticos en general, pueblan los medios de comunicación brindándonos uno de los espectáculos más lamentables que la condición humana nos pueda ofrecer. Si por lo menos lo hicieran con gracia, o con altura, podríamos divertirnos o entretenernos, pero lamentablemente eligen un estilo burdo, grosero y desmedidamente agresivo que nos transmite la idea de que todo vale si el fin es permanecer en boca de la gente, casi con afán de ser deglutidos por la morbosidad latente en el televidente medio.
Por suerte, la historia de la literatura nos otorga momento ejemplares en donde estos menesteres de burlarse del otro eran abordados con altura y exquisitez.
En este diálogo poético entre Quevedo y Góngora, el lector atento encontrará, no sin esfuerzo, las burlas más  infames: Quevedo diciendo de Góngora que es un judío renegado, bufarrón, amante del culo y Góngora tratando a Quevedo de rengo, ciego y bruto. Derroche de estilo y juego de palabras que nos muestran que entre la bajeza y la altura existe una distancia muy difícil de medir…

Quevedo:
“Quevedo contra Góngora”
Yo te untaré mis obra con tocino,
Porque no me las muerdas Gongorilla,
Perro de los ingenios de Castilla,
Docto en pullas, cual mozo de camino

Apenas hombre, sacerdote indino,
Que aprendiste sin christus la cartilla
Chocarrero de Córdoba y Sevilla
Y en la corte, bufón a lo divino.

¿Por qué censuras tú la lengua griega
Siendo sólo rabí de la judía,
Cosa que tu naríz aún no lo niega?

No escribas versos más, por visa mía;
Aunque aquesto de escribas se te pega,
Por tener de sayón la rebeldía.



Góngora:

“A don francisco de Quevedo”
Anacreonte español, no hay quien os tope
Que no diga con mucha cortesía,
Que ya que vuestros pies son de elegía,
Que vuestras suavidades son de arrope.

¿No imitaréis al terenciano Lope,
Que al de Belerofonte cada d+ia
Sobre suecos de cómica poesía
Se calza espuelas, y le da un galope?

Con cuidado especial vuestros antojos
Dicen que quieren traducir al griego,
No habiéndolo mirado vuestros ojos.

Prestádselos un rato a mi ojo ciego,
Porque a luz saque ciertos versos flojos,
Y entenderéis cualquier greguesco luego.



Quevedo:

“Contra Luis de Góngora y su poesía”
Este cíclope, no siciliano,
del microcosmo sí, orbe postrero;
esta antípoda faz, cuyo hemisfero
zona divide en término italiano;

este círculo vivo en todo plano;
este que, siendo solamente cero,
le multiplica y parte por entero
todo buen abaquista veneciano;

el minóculo sí, más ciego vulto;
el resquicio barbado de melenas;
esta cima del vicio y del insulto;

este, en quien hoy los pedos son sirenas,
éste es el culo, en Góngora y en culto,
que un bujarrón le conociera apenas.



Lionel Klimkiewicz