En la película REVOLUCIÓN, estrenada el año pasado, y que se centra
principalmente en el cruce de los Andes realizado por el general San Martín y
su ejército, hay una emotiva escena en donde el padre de la patria realiza una
arenga a sus soldados antes de la batalla, y de la cual el spot publicitario que
circula por los canales de aire de la tv recorta una frase muy contundente: “seamos
libres, que lo demás no importa nada!”.
Tal vez sea cierto que
San Martín haya dicho esas palabras a sus soldados antes de la batalla en
Chile, no hay por qué dudar ya que en realidad fueron escritas tiempo después
por él antes de entrar al Perú con su ejército.
La historia dice que
una vez liberado Chile, San Martín vuelve a Buenos Aires para pedir el dinero
que le permita continuar con la campaña al Alto Perú. Solo termina recibiendo
la mitad de lo necesario y cuando se disponía a comenzar la campaña recibe la
orden del Directorio de dirigirse hacia el Litoral a combatir a los Federales.
Conocida es la negativa de Don José, quien se niega a derramar sangre de
compatriotas. Casi sin apoyo entonces continúa ultimando los detalles del
asalto final al ejército realista en Lima. Es en ese momento cuando emite el
siguiente documento para sus soldados:
“Orden general del 18 de julio de 1819:
Compañeros del Ejército de los Andes: ya no
queda duda de que una fuerte expedición española viene a atacarnos, sin duda
alguna los gallegos creen que estamos cansados de pelear y que nuestros sables
y bayonetas ya no cortan ni ensartan; vamos a desengañarlos. La guerra se la
tenemos que hacer del modo que podamos, si no tenemos dinero, carne y un trozo
de tabaco no nos ha de faltar; cuando se acaben los vestuarios nos vestiremos
con las bayetitas que nos trabajan nuestras mujeres y si no, andaremos en
pelotas como nuestros paisanos los indios. Seamos libres y lo demás no importa
nada. La muerte es mejor que ser esclavo de los maturrangos. Compañeros,
juremos no dejar las armas de la mano hasta ver el país enteramente libre o
morir con ellas como hombres de coraje. Muerte es mejor que ser esclavo de los
maturrangos!”
Ese hombre que era
capaz de hablar de esa manera a sus soldados, era al mismo tiempo un gran
lector en francés, latín e inglés. Solía incluso leerles a sus hombres, muchos
de ellos analfabetos, fragmentos de obras clásicas acompañados de las
correspondientes explicaciones.
Gran apasionado de los
libros, sabía muy bien expresar sus ideas cuando escribía. Este párrafo de su
decreto de creación de la biblioteca nacional en Perú así lo muestra:
“Convencido sin duda el gobierno español de que
la ignorancia es la columna más firme del despotismo, puso las más fuertes
trabas a la ilustración de los americanos, manteniendo su pensamiento
encadenado para impedir que adquiriese el conocimiento de su dignidad.
Semejante sistema era muy adecuado a su política; pero los gobiernos libres,
que se han erigido sobre las ruinas de la tiranía, deben adoptar otro
enteramente distinto, dejando seguir a los hombres y a los pueblos su natural
impulso hacia la perfectibilidad.”
Sobre
San Martín hay mucho escrito, pero cualquier biografía muestra que lo
impactante de su vida no fueron solo sus hazañas militares sino que ellas se
sostenían en su infatigable y arrolladora manera de hacer acto sus palabras.
por LIONEL KLIMKIEWICZ
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